Artículo: RESILIENCIA en niñas y niños

 

Por: Psic. Fernando Urzua Atilano

 

LA RESILIENCIA EN NIÑAS Y NIÑOS

 

 

“La resiliencia es un fenómeno que manifiestan sujetos jóvenes que evolucionan favorablemente, aunque hayan experimentado una forma de estrés que en la población en general se estima que implica un grave riesgo de consecuencias desfavorables”. (Manciaux, 2001)

 

Sujetos jóvenes, llamados aquellos que inician el desarrollo de su vida, van aprendiendo de la experiencia, de las oportunidades de explorar el entorno donde viven, criados y educados o guiados por otros (Madre, padre, cuidadores) descubren los colores, los sabores y las formas de las cosas. Escuchan por primera vez el nombre de objetos, cosas, que usaran el resto de su vida. Descubren el calor del sol y la ternura de la luna, los brazos que los cobijan y los atrapan en caricias, así crece un niño, su aprendizaje parece estar determinado por muchos factores externos como los mencionados anteriormente, pero también existe el crecimiento interno, el desarrollo biológico y madurativo. El desarrollo del cerebro ha sido de los más estudiados para múltiples disciplinas de la salud, pero no dejemos de lado la maduración emocional, el temperamento y el carácter, su desarrollo en contraste con la vivencia de la vida diaria, aquí donde cuidadores y padres juegan un papel importante para la construcción de la realidad y de la resiliencia que se usa para los retos cotidianos.

 

El desarrollo más óptimo para niñas y niños seria pasar por momentos agradables y sin preocupaciones, ocuparse de crecer de forma natural, pero la realidad es que se enfrentan a muchas situaciones externas a ellos que les permite también aprender y adaptarse, pero que pasa con los niños que pasan por momentos estresantes y traumáticos a tempranas edades, ¿también aprenden a adaptarse a ellos? La respuesta quizá esta en el inicio de este artículo: La resiliencia, en la capacidad de afrontar las situaciones críticas y superarlas de manera positiva, aprendiendo de ello y resaltando características internas que los ayudan a sentirse mejor.

 

¿Cuáles son estas características para una niña y  niño resiliente?

 

Iniciemos por determinar que son recursos internos, propios de los niños, aprendidos o modelados por sus figuras de cuidado. Uno de los factores puede ser desde la familia, una buena relación con sus miembros propicia un clima de confianza y de protección, puede contar lo que está pasando. Factores internos podemos referirnos desde una buena capacidad de inteligencia, en un factor general de conocimientos; ser bueno en aritmética, no determina que pueda afrontar una situación problema, pero la suma de los conocimientos puede proveer su mente la capacidad de crear una estrategia, usando conocimientos previos.

La capacidad de validarse, es la pauta de un niño, saberse capaz y valiosos para sí mismo y los demás, reconocerse con eficacia, le brinda la confianza de creer en sí, y que lo que está pasando puede resolverse y confiar en que estará bien. El buen humor una característica más para hacer frente a los problemas, verse positivo y buscar una manera amena de aprender de lo que está pasando.

La capacidad de relacionarse, tener amigos, apreciarlos con empatía promueve un elemento imprescindible para la resiliencia. La capacidad de pedir ayuda, de buscar en otros la fuerza necesaria para salir adelante; los maestros de la escuela, vecinos, pueden surgir como tutores resilientes y sin proponérselo, pero a cada paso que damos y nos relacionamos con los otros, grandes o pequeños, estamos modelando de nosotros muchos y nutridos ejemplos, como la vivencia de ser hombre, ser mujer, la expresión de emociones y ser positivo, cómo resolvemos cada situación que nos acontece en la vida diaria.

Así, niños y niñas es que se desarrollan en la resiliencia, y la tarea como hermano, hermana, padre, madre, terapeuta, psicólogo, sacerdote, tía, amigo es promover nuestros factores de protección, factores resilientes y con ello, contribuimos a crear mejores formas de afrontar situaciones críticas y traumáticas que pueden estar pasando muchos niños, con relación al maltrato, a la violencia explícita en los medios, al abuso sexual.

 

 

Evitemos normalizar la violencia.

 

Normalicemos ser y desarrollar niñas y niños resilientes.

 

 

 

Trabajos citados: Manciaux, M. (2001). La resiliencia: resistir y rehacerse . Argentina : Gedisa.

 

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