Artículo: La compasión y la empatía con pasión

 

Por: Dra. Carlota Tello Vaca

 

A corazón abierto

La compasión y la empatía con pasión

 

 

De acuerdo a la Real Academia Española, el término COMPASIÓN refiere a un sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien,  quiere decir que tiene mucha relación con la EMPATÍA que se define como la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.

De acuerdo a estas definiciones, cuya valoración es poderosa en el trabajo con los derechos humanos y la disciplina con dignidad que podemos ofrecer a nuestras niñas y niños de manera positiva y general de manera positiva. En otras palabras, las personas, incluyendo los niños y las niñas,  experimentan una valoración positiva personal cuando desarrollan las habilidades de compasión y empatía.

Es muy importante recordar que la habilidad de autoconocimiento es básica para el desarrollo de estas otras habilidades o emociones morales como también son llamadas la compasión y empatía, y se pueden descubrir por medio de las experiencias que se viven a diario, pero estar presentes en cada momento o estar en conciencia, en otras palabras, haciendo un breve análisis de los hechos, sucesos, preferencias o gustos que son del agrado personal, y reconociendo porqué atraen y en qué circunstancias se aprecia ese estado de bienestar.

El autoconocimiento implica el conocimiento  y manejo de las emociones, ya que de los sentimientos de valoración se desprende la estima y el afecto. En las situaciones cotidianas, los individuos se pueden tropezar con circunstancias que, cuando no resultan como las esperaban, hacen que se desanimen y sufran afecciones, o cuando cumplen con sus expectativas, experimenten emociones placenteras que se expresan en cada persona de acuerdo con su aprendizaje de  vida.

Cuando se externan estas respuestas afectivas positivas o negativas, agradables o desagradables, según cada persona, por joven qué ésta sea,  se muestra el nivel de autoestima, pero también se experimentan emociones positivas cuando las personas se comportan con apreciación positiva hacia las demás personas del entorno. se tiene que hacer una revisión de las percepciones, pensamientos y creencias que se encuentran ligados a los propios deseos, emociones y afectos para que cada quien se conozca y encuentre en sí mismo esa capacidad de estar para los demás cuando así se requiere.

Queremos que quede muy claro este concepto, las emociones guían las conductas, te preguntarás ¿cómo es eso?, cuando nos sentimos bien, cuando estamos felices en una circunstancia dada, con las personas adecuadas y con la retroalimentación favorable,  hacemos las cosas bien, y eso permite que sigamos en la acción, porque a todos nos gusta estar felices, es como un fundamento de lo humano, podemos vivir con plenitud, felicidad y valores teniendo confianza en que vamos construyéndonos y generando un mundo mejor con intensión y honestidad.

Para efectuar esta revisión se necesita analizar: ¿qué me enoja o entristece?, ¿qué me estrernece o conmueve?, ¿qué me moviliza para ofrecer apoyo?, ¿qué tanto se conocen las necesidades propias más urgentes y cómo se reacciona ante ellas?, ¿por qué se pospone lo que más se necesita o qué hace a las personas anticiparse a la necesidad misma?, ¿qué los hace sentir vulnerables?, ¿qué se valora en la propia persona?

Debemos hacernos estas preguntas con cierta frecuencia con la finalidad de saber por qué se tienen ciertas preferencias y apegos, por qué actuamos de determinadas maneras y comprobar cómo le gusta a cada quien experimentarlas, a la vez que vamos construyendo la capacidad de diferenciar que distintas personas somos de las demás, pero siempre en equidad, ni menos ni más. Por lo tanto el capacitarnos en empatía y compasión nos hace personas más fuertes, seguras y dignas, con mayor autoconocimiento.

El autoconocimiento, entonces, está directamente relacionado con las emociones que se manifiestan; emociones que en cada ser humano son distintas, en virtud de que la respuesta afectiva de cada sujeto se basa en la historia familiar  el historial propio, aprendizaje, percepciones, creencias y vivencias personales, que determinan la percepción del mundo de cada quien.

 

A través de estas palabras, invitamos a mamás, papás y docentes a que se revisen a sí mismos, revisar cómo aprendieron a interactuar, que tipo de familia y disciplina tuvieron y como aprendieron la afectividad, cómo esta se encuentra fortalecida y de qué manera cuidan que siga incrementándose a través de sus aprendizajes, logros, conocimientos y relaciones interpersonales armónicas.

Necesitamos analizar esto último; porque a veces queremos enseñar a las otras/os lo que no hemos conseguido de manera personal. Y, en el desarrollo humano, esto no se puede lograr, la coherencia es muy importante porque recuerda siempre  cuando hablamos de emociones y valores nos volvemos transparentes.

Para concluir, el fomento de la compasión y la empatía es un proceso de conocimiento personal que se alcanza cuando se realiza el análisis de las propias emociones, en distintos ámbitos y momentos de la vida, y cuando éstas se reconocen, pues una vez que se acepta la manera de reaccionar y el por qué de esas reacciones, entonces se da el paso a un autoconocimiento pleno que permite disfrutar y aprender siempre de las experiencias cotidianas.

 

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