Artículo: Arteterapia en casos de Abuso Sexual

 

Por: Mtra. Karina Flores Magón Guzmán

 

Arteterapia como metodología de intervención en la experiencia de Abuso Sexual

 

 

El arte como terapia se diferencia de otras disciplinas que utilizan elementos artísticos, como la educación artística, porque utiliza los materiales, las técnicas, el proceso artístico y la obra en sí, con fines terapéuticos. El proceso creativo del arteterapia busca rescatar el efecto sanador de la expresión artística, el proceso de creación en sí mismo y  los objetos resultantes como intermediarios en la relación terapéutica, permitiendo que los sentimientos y pensamientos más profundos del ser humano, provenientes del inconsciente, encuentren vías de expresión complementarias o alternativas a la palabra.

El arteterapia ayuda además, a crear significado de las cosas, encontrar alivio a situaciones traumáticas, resolver conflictos y problemas y lograr un sentimiento de bienestar,  generando nuevas experiencias y vivencias emocionales que buscan su crecimiento integral.

¿Por qué Arteterapia en casos de abuso sexual?

 

Dentro de este proceso, la manera en la que el paciente se involucra en su trabajo, la elección de materiales y el significado que le da a su creación, son elementos que permiten la creación de un espacio terapéutico.  El arteterapeuta ha de intervenir pero no de forma directiva, sino ayudando y acompañando  al otro a llevar lo mejor y más lejos posible la obra producida, lo cual en casos de abuso sexual es importante por la forma en la que se evita una confrontación que pueda revictimizar a la persona haciéndola sentir presionada y/o agredida.

La forma de trabajar la transferencia en este tipo de psicoterapia es muy especial, ya que al ser la comunicación a través de la obra que representa, se puede ver la experiencia a “distancia” y ponerlo fuera de una forma suave y muchas veces inconsciente, que permite despersonalizarlo y facilitar el proceso de sanación; es como entrecerrar los ojos para ver con mayor claridad a través de la obra de arte realizada. La finalidad es poner las condiciones necesarias para que la persona descubra por si misma sus respuestas a través de sus creaciones y pueda irle dando un sentido lógico a aquella experiencia vivida; llevarla de un estado donde se encuentra bloqueado, a uno de reflexión y comunicación.

Además, el abuso sexual  en la infancia, tiene repercusiones en las personas no solamente cuando sucede, sino aún muchos años después ya que puede seguir teniendo un impacto y un efecto que impide vivir de forma plena y consciente en la vida cotidiana; las emociones, sentimientos y sensaciones corporales, se ven muchas veces afectados ya que el cuerpo se desconecta para no sentir el dolor, el miedo, la rabia o cualquier emoción que esté presente durante o después de la experiencia, y muchas veces las personas pueden percibirse a sí mismas como insensibles emocional y físicamente o desconectadas, como si su cuerpo no les perteneciera.

Esta represión de sentimientos genera una serie de efectos en la vida del adulto y en todo el entramado social, que solamente es posible superar a través de un trabajo terapéutico adecuado, considerando el Arteterapia una excelente opción ya que las creaciones artísticas que se van creando en cada sesión a través del barro, pintura, dibujo, moldeado, danza, música, voz, collage, fotografía, improvisación, arte clown, marionetas, teatro, psicodrama, títere,  narrativa, cuentos, escritura, entre otras, cobran una gran relevancia en el desarrollo personal interno y se puede lograr una mayor consciencia corporal y emocional que permiten ponerle nombre a la experiencia, representando cada obra una parte de sí misma; las obras realizadas permiten ir recuperando fragmentos narrados de sus propias historias, sus orígenes, su identidad familiar, personal, sus emociones, la relación con su cuerpo, su sexualidad y la experiencia de abuso sexual.

Además, las imágenes metafóricas que se utilizan en el lenguaje hablado no son permanentes, mientras que las imágenes visuales mantienen su carga emocional y poder comunicativo, aún tiempo después de haber sido realizadas; esto permite que en el momento adecuado, las obras se pueden retomar o volver a revisar de acuerdo al proceso que se vaya viviendo y al conflicto o momento de la experiencia que se vaya necesitando; por ejemplo, el trabajo con el agresor, que posiblemente en un primer momento la persona no estaba preparada para afrontar y tiempo después se puede hacer un trabajo distinto, un cierre o una conclusión que le permita un cambio de actitud y un paso grande en su sanación.

Es importante comprender, que en arteterapia no es importante conseguir un producto estético al final, sino acompañar a la persona a mirarse a sí misma, reflexionar y posibilitar la contención, la expresión, la exploración la confianza y la resolución de emociones, (en especial las conflictivas), lo cual es indispensable en una terapia con personas que han vivido una experiencia de abuso sexual en la infancia; además, no significa que la experiencia deba de permanecer como parte de la existencia viviéndose desde el dolor, el miedo, la ira, la culpa o el asco,  sino como una experiencia de crecimiento y aprendizaje donde se puedan ir recuperando el amor y la confianza que tenían en la infancia cuando fueron traicionadas, y el arte es una forma suave y sutil de lograrlo.

En conclusión, los objetivos básicos en el arteterapia con personas que han vivido experiencias de abuso sexual, es la restauración y  reafirmación constante de los límites debido a la transgresión de la totalidad de los  límites que vivieron. Además, es imprescindible un trabajo de contención que permita a la persona la reparación del daño profundo que ha provocado el abuso, el cual dentro del trabajo arteterapéutico se podrá observar cómo es experimentado y expresado de manera simbólica con los materiales.

Por otro lado, se pone especial énfasis en la  identificación y reconocimiento de las emociones que surgen y son bloqueadas como consecuencia de la fragilidad en la que las sitúan cuando aparecen, lo que permite mirar el trauma, reconocerlo y validarlo para poder repararlo. El arteterapia puede ayudar también a las personas a relajarse y a reducir las defensas; tomar distancia con el problema que abordan y percibirlo como más manejable, ayudando a la expresión, a actuarlo y transformarlo; ganar seguridad y confianza en el proceso al poder hablar sin palabras. Y finalmente, disfrutar de la introspección durante el proceso creador, pues los procesos que se experimentan durante la actividad son pequeñas analogías de la vida cotidiana donde la obra se convierte en una alidada que les anima y actúa como pistas en el laberinto personal interior, tomando una posición activa a través de las metáforas que permiten nombrar el pasado e imaginar una nueva realidad. La persona cada vez se siente más preparada para experimentar la conexión entre sus experiencias significativas y las emociones que le producen, favoreciendo la capacidad de integración y resignificación.

 

 

 

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